viernes, 28 de junio de 2013

Creo que para explicar un poco el trabajo que se verá a continuación es preciso aclarar que haré esto lo mas dialogado y ameno posible, porque es la mejor manera que se me ocurre para explicar algo, hacer que parezca una conversación, entre usted que me está leyendo y yo que le estoy contando, también será preciso pensar en un par de preguntas cuyas respuestas variarán de a cuerdo a quien la conteste, y es ¿Qué es la fotografía? ¿Qué es una foto? Y creo que para muchos o para la gran masa de personas la respuesta será resumida al simple acto de sacar su teléfono móvil y capturar una escena, ya sea por recordar el momento o para satisfacer algún tipo de necesidad social al publicarla inmediatamente en internet, eso puede ser suficiente para la mayoría de personas, pero siendo como soy, me gusta fijarme mucho en las pequeñeces de las cosas y teniendo una educación visual sobre la fotografía, pienso que se debe ser totalmente riguroso en la consecución de la imagen, aun si fuese un momento ocasional, con mayor razón si se trata de un proyecto como el que he desarrollado; por estos motivos es que pongo mis esfuerzos en retratar cada detalle, porque para mí cada cosa importa, todo importa: si alguien usa sombrero, que forma y color tiene, como lo está usando, de que material es, que está comunicando ese tipo particular de sombrero, por ejemplo, o si alguien nada en una piscina, de que tamaño es la piscina, de qué color se ve, que tan profunda puede ser, o como resbala el agua por los brazos y espalda del nadador o nadadora, cuantos metros le faltan por nadar para llegar al otro lado, por ejemplo; o como se podría ver en alguna de las tantas fotografías de David La Chapelle, quien es otro de mis grandes referentes, y quien le da importancia a cada personaje y a cada acción que realice o objeto que esté ubicado en la escena, para mí como para La Chapelle, todo importa.

Y con ese “todo importa” es con lo que empiezo a dar forma al proyecto tomando una buena cantidad de referentes pictóricos, fotográficos en donde la fijación en los detalles sea evidente, pasando de DaVinci a Van Gogh y Manet a Gaudí y a referentes más contemporáneos como David Hockney, Ofer Wolberger, Miguel Endara y Michael Mapes, todos ellos con esa mirada en común sobre el detalle, que me resulta particularmente interesante. Afortunadamente la cámara fotográfica tiene la característica de guardar cada detalle a lo que hace referencia Joan Fontcuberta en “El beso de Judas” “Extraordinaria densidad de pequeños detalles, visión más allá del ojo desnudo, exactitud, claridad de definición, delineación perfecta, imparcialidad, fidelidad tonal, sensación tangible de realidad, verdad”. Fontcuberta, Joan, El Beso de Judas. Fotografía y verdad, Barcelona 1997, pag.33.

Mi proyecto es entonces una recopilación, no solo del proceso , desarrollo y cambios que fue sufriendo el trabajo, sino una recopilación de detalles, de pequeñas insignificancias del objeto y de cada pequeñez que tenga suceso en variadas escenas cotidianas, porque como dijo François de la Rochefoucauld “Para saber bien las cosas, hay que conocerlas con todo detalle; y como los detalles son casi infinitos, nuestros conocimientos son siempre superficiales e imperfectos” lo que en parte responde a aquella pregunta ¿Qué quiero que vea el que observe mi trabajo?, pues quiero que de verdad vea, que tenga los suficientes ojos para ver todo lo que yo alcanzo y disfruto viendo, quiero que sepa que no ha visto nada.


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